Body Art de Don Delillio

Juan Manuel Caravello
 


VERDAD. Body Art es el intento de entender la cabeza de un suicida, la que intenta es Lauren Hartke; el suicida, Rey Robles, su marido; Don Delillo, el autor, cuenta esta busqueda de la verdad a traves de pinceladas mínimas.
La verdad se revela en detalles ínfimos. La verdad se revela en detalles íntimos.
Son aquellos ínfimos gestos, íntimas conversaciones, los que articulan la novela y la descripción de Rey. Muchos de estos fragmentos tienen que ver con momentos vividos entre los dos personajes ya nombrados, sólo que vuelven al recuerdo de Lauren re-semantizados por la acción última de su marido.

PREGUNTAS. Una obra es buena cuando genera preguntas, cuando tira sal en las llagas o mejor todavía cuando nos produce las llagas. ¿Qué sabemos de la persona que amamos? ¿Qué conocemos de la vida interior de los demas? ¿Cuántas cosas no nos cuenta aquella que no tiene secretos con nosotros? ¿Acaso nosotros no tenemos un mundo abismal al que ni siquiera nos asomamos? ¿Cuántas veces prestamos verdadera atención a lo que nos dicen? ¿Cuántas veces buscamos debajo de los gestos cotidianos? Todas estas son preguntas que se pasean por la cabeza mientras leemos Body Art.


CERTEZA. Amigos, antiguas mujeres, y hasta una especie de fantasma empujan, porque la ayuda se imagina como algo mas amable que lo que recibe Lauren, a encontrar sentido a la muerte de Rey. La busqueda no es detectivesca es más bien intimista, se trata de momentos compartidos, sin compartir; situaciones en que lo cotidiano vacía de sentido la vida, en que la rutina nos encierra en nuestro pequeño ritual. Lo primero que llega del pasado es una conversación matinal entre ellos (resisto a medias la tentación de decir maquinal), que anticipa y representa lo que va a seguir a lo largo de toda la novela:
"Dijo él:
"-¿Quieres un poco de esto?
"Ella seguía examinando el cabello.
"-Dímelo porque no estoy seguro. ¿Bebes zumo, tú?-dijo él sin dejar de agitar el condenado trasto, "pinzando el pico con los dedos.
"Ella se raspó la lengua con los dientes superiores para liberar a su organismo del complicado recuerdo sensorial de aquel cabello ajeno.
"Dijo:
"-¿Qué? Nunca bebo de eso. Lo sabes. ¿Cuánto tiempo llevamos viviendo juntos?"
Y sí, finalmente de los demás, nada se sabe.

Juan Manuel Caravello

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