Catedral de Raymond Carver
|
|
por Mariela González Rosso
|
Título:Catedral
Autor: Raymond Carver
Editorial: Anagrama |
|
|
La vida sin Carver
Carver nos cuenta historias breves pero intensas… Carver nos sumerge en un mundo minimalista, hondo, sin fin…. pero tampoco comienzo. Eso es Carver… un trozo de la vida, una porción de nuestro día, un momento robado a la felicidad o a la tristeza, una lágrima o una sonrisa. Historias de gente simple, mediocre, lúcida, feliz, trabajadora, viciosa, etc. Sería imposible describir a todos los humanos que habitamos este mundo, pues así de difícil es describir las miles de narraciones que puede encarar este desaparecido autor norteamericano.
Sus libros están poblados de seres que deambulan sin hallar la felicidad, seres frustrados -en algunos casos- y personas que radicalmente opuesto a lo que acabo de comentar, pueden ser felices con lo mínimo que puede ofrecernos la vida.
De lo que no hay dudas es que Raymond Carver o el Chejov americano, impacta. Sus narraciones son cortas y al finalizar uno de sus obras, en este caso ‘Catedral’ que es de la que hablamos, nos da la impresión de que hemos estado en la vida de cualquier persona conocida… quizás algún vecino, o algún familiar o incluso en la nuestra, por un ratito. Porque el fallecido autor de relatos como ‘Vitaminas’, ‘Plumas’ o la mismísima ‘Catedral’ que le da nombre al libro, nos cuenta la realidad tal cual es, sin dulzuras, sin velos y esa realidad, en muchos casos, es descarnada, triste y despojada de banalidad y glamour.
Su escritura es llana y económica en medios. No hay rodeos, no hay vueltas… te gusta o no, sin término medio. La melancolía es su fuerte, como un cuadro de Edward Hopper (si veo sus trabajos es imposible que no pueda pensar en un cuento ‘carveriano‘), un especialista en pintar trozos de vida de seres humanos sin grandes esperanzas más que subsistir al día siguiente, afrontar la amarga realidad, la pequeña satisfacción, la sal y la pimienta de cada momento.
Si tuvieramos que ponerle música a sus relatos (una sana manía que tengo es querer ponerle los cinco sentidos a cada lectura que llega a mis manos) sin dudas sería un blues, el de los perdedores, quizás hasta con voz de Leonard Cohen, gastada, furibunda… fumando un cigarrillo, bebiendo un bourbon en un bar de algún pueblo de la América rural.
Carver también ha sido llevado al cine en películas como ‘Short Cuts’ o ‘Ciudad de Ángeles’ del prestigioso cineasta Robert Altman, o la última producción del australiano Ray Lawrence, ‘Jindabyne’.
Hace poco, su mujer, la también poeta Tess Galagher, editó un recopilatorio de sus poemas inéditos llamado ’Sin heroísmos, por favor’. El título ya dice mucho de su figura. Allí se reúnen sus bellas poesías, despojadas de grandes pretensiones que nos dejan el agradable sabor, de un Carver que siempre está entre nosotros y que nos acompaña como un saxo de fondo, muy suave, cada vez que la melancolía llama a nuestra puerta.
mariela gonzález rosso
Otras reseñas
|
|