Cuando el dolor se hace carne

Poesía Comleta Alejandra Pizarkik
por Mariela González Rosso
Título:Poesía Completa
Autor: Alejandra Pizarnik
Editorial:Lumen
   

Para que las palabras no basten es preciso alguna muerte en el corazón.
La luz del lenguaje me cubre como una música, imagen mordida por los perros del desconsuelo, y el invierno sube por mi como la enamorada del muro.
Cuando espero dejar de esperar, sucede tu caída dentro de mí. Ya no soy más que un adentro.

(Los de lo oculto)

La escritora argentina Alejandra Pizarnik deja descarnadamente todo su poderío en cada uno de sus escritos. El compilado de poesía completa que Lumen publicó hace algunos años en España, pone de manifiesto que esta autora, desaparecida a los 36 años el 25 de septiembre de 1972, es una explosión de sentimientos, de dolor, de desgarro. Algo así como una melodía que nos resuena con voz ronca que se resiste a habitar el camino del olvido.
El libro reúne no solo trabajos de la autora editados en vida, sino también, algunos poemas inéditos compaginados a través de manuscritos.

y qué es lo que vas a decir voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo

(Cold in hand blues)

El miedo y el lenguaje son un tema recurrente en sus poemas, que parecen querer desgranar las palabras hasta hacerlas sangrar, hasta herirlas y, de esa manera, lograr transmitirnos su dolor. Por eso, su trabajo es rabiosamente intimista y de gran sensualidad y erotismo. Leerla es sentir el placer que se siente sólo ante lo bueno, ante lo que nos hace vibrar y vivir la vida apasionadamente. Paradójicamente, quizo ella misma truncar la suya a corta edad, quizás por las intensas turbulencias creativas que habitaban en su interior. Otra escritora con el mismo final aún siendo joven viene a mi mente, Sylvia Plath. Quizás, ambas compartieron la misma desazón por la vida, pero a la vez, fueron capaces de dejar un legado increiblemente bello.

Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así.

(Vértigos o contemplación de algo que termina)

La idea de partir, desaparecer en un mágico barco que la aleje para siempre, será recurrente en su obra. Como si el hecho de vivir la desgastara, la secara, y no pudiera afrontar la situación para seguir luchando. Algo así se presagia, se huele y se impregna en algunos de los cuentos que aparecen en este libro.

Música jamás oída,
amada en antiguas fiestas.
¿Ya nunca volveré a abrazar
al que vendrá después del final?
Pero esta inocente necesidad de viajar entre plegarias y aullidos.
Yo no sé. No sé sino del rostro
de cien ojos de piedra
que llora junto al silencio
y que me espera.
Jardín recorrido en lágrimas,
habitantes que besé
cuando mi muerte aún no había nacido.
En el viento sagrado
tejían mi destino.
(La caída)


Pizarnik nos deja su dolor, como una leyenda trágica; como una dulce hechicera de lo maldito, difícil de desprenderse de nosotros y nosotros de ella; se nos tatúa en la piel y lo incorporamos, para ir por la vida con sus frases, esas, tan sentidas.. que sacamos a relucir cuando tenemos los sentimientos en llagas o en carne viva.


mariela gonzález rosso

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