JAZZ

La etimolog�a de la palabra es confusa. Seg�n Peter Tamony deriva de gism/jasm., americanismo sin�nimo de fuerza, exaltaci�n o esperma. Otra hip�tesis: la deformaci�n de chasse beau, figura del cake-walk (baile surgido alrededor de 1880, en el sur de los E.E.U.U., comenz� como diversi�n de fin de semana en las plantaciones) convertida pronto en jasbo, apodo de m�sicos. Merriam- Webster sugiere un derivado del verbo franc�s jasser, utilizado en argot creole, mientras que Dizzy Gillespie asegura que jasi, en un dialecto africano, significa vivir a un ritmo acelerado, bajo presi�n. Tony Palmer se�ala que en argot cajun las prostitutas de Nueva Orleans son llamadas jazz-belles, en referencia a Jezabel de la b�blia... En general hay asociaci�n del jass (o jazz) a la danza, la vitalidad, el acto sexual. Originalmente es la Original Dixieland Jazz Band, orquesta de m�sicos blancos nacidos en Nueva Orleans, la que da a conocer el nombre a trav�s de sus anuncios y sus discos en Nueva York en 1917. La palabra Jazz, designa hoy d�a un conjunto de g�neros musicales de origen afroamericano, que engloba tanto folklores religiosos o profanos como forma sinf�nicas. Dos caracter�sticas esenciales, ya observadas en 1926 por el music�logo y etn�logo Andr� Shaeffner, son indisociables del jazz: por una parte un tratamiento particular de las sonoridades, derivado de la imitaci�n de las voces humanas y animal, y por otra una valoraci�n especifica de los ritmos. Es el resultante de la integraci�n de m�todos instrumentales, arm�nicos y mel�dicos inventados en Europa, de tradiciones tra�das de Africa por los esclavos transportados a las Am�ricas de los siglos XVI al XIX.

A principios del siglo XX el jazz es r�stico, proletario y de bastante mala reputaci�n.

Cruce de fuerzas subterr�neas de una humanidad con mayor reputaci�n instintiva con el idealismo de las sociedades inspiradas por la Grecia cl�sica y el mundo germ�nico; de hecho una forma cultural ideal para la creaci�n espontanea, convidante, gestual, vocal e instrumental. El jazz no tiene caracter�sticas mel�dicas o arm�nicas que no puedan encontrarse en otras esferas musicales. Su rasgo definitivo es un movimiento de empuje flexible y r�tmico, resultado de un fraseo que no se apoya en los tiempos principales del comp�s sino m�s bien en torno a ello, anticip�ndolos, y dando as� a la m�sica un pulso acentuado y una sensaci�n de predominio del ritmo, sea cual sea el tempo. En los comienzos del jazz, el comp�s se resaltaba de modo continuo y, aunque los estilos jazz�sticos posteriores han tendido conscientemente a disminuir este predominio r�tmico, la pulsaci�n que subyace bajo el fraseo sincopado contin�a siendo todav�a la marca distintiva del jazz. No hay un comp�s jazz�stico exclusivo, pero los m�s frecuentes son el dos por cuatro y el cuatro por cuatro. A principios del siglo XX el jazz es r�stico, proletario y de bastante mala reputaci�n. La m�sica del sur de los Estados Unidos, que se practica en la iglesia (gospel songs), en las plantaciones (blues y cantos de trabajo), en los prost�bulos o casas de tolerancia (ragtime), en los desfiles por las calles, las compa��as de Minstrels (compa��a de artistas itinerantes disfrazados de negros) y las bambulas de Congo Square (nombre popular, no oficial de una zona de Nueva Orleans), sigue a la emigraci�n de los negros que suben hacia el norte o el oeste de Estados Unidos en busca de empleos mas remunerados.

Es en Chicago, en los a�os 20, cuando se graban las obras maestras de la improvisaci�n colectiva que inspiran a disc�pulos blancos. Del blues surge el boogie-woogie y, cada vez m�s, los jazzmen aprovechan y transfiguran los temas de la canci�n popular de Brodadway y de otros lugares. Paralelamente grandes orquestas en Kansas City, Chicago y Nueva York, el jazz sobrevive a la crisis de 1929 y, a partir de 1930, impregna de su perfume el negocio musical.

Al mismo tiempo se convierte en moda, conoce Hollywood, California y desembarca en Europa. Es la moda del swing. Innumerables talentos, de arreglistas, bailarines, cantantes e improvisadores se exceden a s� mismos en la imaginaci�n creativa y explotan el fil�n, seduciendo a la vez al gran p�blico, en los bailes, el cine y el mundo del espect�culo. En 1940, mientras que el jazz parece estar en su apogeo, la revoluci�n del bebop ensancha radicalmente su espacio. Un repertorio original completa el material utilizado de blues y standars. Se multiplican las aventuras, alimentadas por una perpetua ebullici�n de ideas, novedades, caprichos, escuelas vanguardistas o, por el contrario, del revival: el cool, el hard bop, el funk, el afrocubanismo, el free, la fusi�n, la vuelta a los blues. El jazz integra la bossa-nova brasile�a, el calipso, el flamenco, la salsa y se aproxima con la Tercera Corriente, a la m�sica cl�sica. A fines de los a�os 50 provoca un electrochoque en la canci�n occidental. Despu�s de haber tomado prestados sus temas, la somete a sus normas. Es a partir de la conjunci�n de ritmos, armon�as y sonoridaes del blues y del jazz con la m�sica country, que nace el rock and roll, mezcla explosiva de la que las secuelas no dejaran de colorear la mayor parte de la m�sica pop.

Bibliografia consultada:

-Diccionario de Jazz Anaya & Mario Muchnik 1995

-Jazz A-Z Taurus 1989

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