“De los 6 a los 36 años, la música fue toda su vida” (cuenta su padre).
Toca en la escuela, primero el clarinete, mas tarde el oboe, el saxo y la flauta. Interviene activamente en los servicios religiosos como cantante, pianista y organista, interpretando tanto spirituals como oratorios. Su lema: la práctica hace la perfección.
En el año 1949 entra por primera vez en un estudio de grabación. Durante su servicio militar –1950 a 1953- practica obsesivamente con el saxo alto:
“Si alguien tocaba cuatro coros, Eric tocaba ocho. Así era él”
Tras licenciarse, se encierra en el cobertizo de su casa para estudiar y practicar, al tiempo que aumenta su reputación entre los músicos jóvenes.
Acompañando el canto de los pájaros, descubre los cuarto de tono comunes a la música clásica hindú

-¿Es válida en el jazz la imitación de los pájaros? Respuesta: No lo sé, pero a mí me encanta (Down Beat, 21 de abril de 1961)
	En el año 1954 conoce a John Coltrane y a Ornette Coleman. Se enamora de un clarinete bajo expuesto en la vidriera de una casa de instrumento musicales. Un instrumento diabólicamente difícil de atemperar al jazz, además, contra toda lógica, Dolphy usaba cañas de las mas duras.

En sus apariciones en el Este se presenta a Dolphy como “el nuevo Charlie Parker”, los vanguardistas ven en él a un sujeto extravagante que toca un instrumento insólito. El crítico Leonard Feather confiesa: “Este chico tiene un serio problema de entonación”.
Dolphy encuentra en Nueva York el ambiente propicio de desinhibición que le lleva a probar todo aquello que le pasa por la imaginación sin importarle a donde le pueda conducir. Colabora con los músicos de las corrientes third stream y free.
A partir de 1960 entra a formar parte del jazz Workshop de Charlie Mingus, como miembro fijo. Una pareja tan histórica como la de Parker-Gillespie sería producto del desengaño que para Dolphy supuso el ser rechazado por Miles Davis. Desde el punto de vista del compositor, era el intérprete ideal: tocaba fuerte (no necesitaba micrófono), tenía personalidad y conocimiento del lenguaje.
Menos aburrirse, Dolphy hizo de todo con Mingus. Una semana antes de una gira por Europa encabezaron el festival de los Newports Rebels que, como el Newport oficial, fue suspendido por los desmanes del público. Un  fotógrafo  le encontró luego sentado frente al mar, acompañando con su flauta el ruido de las olas.

Dado su modo de ser, difícilmente pudo Dolphy mantener con  Mingus la relación de amistad que le unió a John Coltrane, con quien le hermanaba una misma filosofía musical. Inseparables, pasaban horas hablando y experimentando sobre escalas y acordes. A comienzos de 1961 Coltrane decide ampliar su celebre cuarteto.

“Desde que Eric esta en la banda, ha ejercido en nosotros un efecto ensanchador. Ahora intentamos numerosas cosas que no habíamos probado nunca.”

Tras cumplir una caótica gira con Mingus, se aloja en la casa de un amigo en París,  toca con los expatriados Donald Byrd y Nathan Davis. Después de recalar en Noruega y Suecia, es contratado para inaugurar un club en Berlín el 27 de junio de 1964. Horas antes de que, reclamado por él, Woody Shaw subiera al avión que le iba a llevara a Alemania, Dolphy es hallado muerto en la habitación del hotel. Se apuntan como causas un ataque al corazón, uremia, diabetes... Estaba a punto de casarse.